Este libro aspira a devolver a Foucault el título de pensador, contra su designación, concedida con demasiada ligereza, como filósofo. Pues lo esencial para él es, sin duda, salir de la filosofía y acceder entonces a esos múltiples pensamientos del afuera que las más de las veces están replegados en la heterogeneidad aparente de estratos de discursos anónimos, remotos y encerrados en sí mismos. El interrogante que nos plantea Foucault es, por tanto, el siguiente: ¿es posible imaginar la filosofía como un pensamiento? Estamos tan acostumbrados a la operación inversa, la promoción de un pensamiento como filosofía, que esta conversión nos resulta poco legible. Foucault complica de manera singular la filosofía, pero también la renueva al considerarla un modo de pensamiento particular que puede, llegado el caso, ser impugnado o reorientado por otros modos de pensamiento. El pensamiento Foucault procura señalar una conversión de esa naturaleza. Esta intención se plasma en una nueva exploración de las principales experiencias de pensamiento que genera en Foucault el análisis de las relaciones de poder y los juegos de saber. Del análisis de la sujeción a la comprensión del liberalismo, pasando por una interrogación sobre la sexualidad, el poder médico, las ciencias humanas y la psiquiatría, este libro propone una cartografía del pensamiento Foucault que invita a la confrontación, más que a la conmemoración.