Estos ensayos abarcan los principales aspectos de la evolución de la economía argentina desde 1860 hasta 1967. Dos actitudes básicas y opuestas descubre el autor en la actividad económica argentina: un exagerado pesimismo sobre las perspectivas de las exportaciones tradicionales, unido a políticas ambiguas con respecto a las no tradicionales, y un optimismo no menos exagerado en cuanto a la posibilidad de que un ritmo sostenido de las exportaciones podría resolver automáticamente los problemas del desempleo, la distribución del ingreso, la capacidad ociosa, etc. Díaz Alejandro sostiene la necesidad de mantener un adecuado equilibrio entre estas posturas extremas. Luego de pasar revista a las tendencias generales de nuestra economía antes y después de 1930, aborda con detalle temas más específicos, como el desenvolvimiento del sector rural, las distintas etapas de la industrialización, la historia de los aranceles aduaneros entre 1906 y 1940, la aparente contradicción entre las altas tasas de inversión y el escaso crecimiento luego de la Segunda Guerra Mundial, y los orígenes y dinámica de la inflación argentina.